Antonio Guterres criticó los beneficios «excesivos» que las empresas petroleras tienen en plena crisis energética mundial e instó a los gobiernos a gravarlos con impuestos.
Las petroleras estadounidenses Exxon Mobil y Chevron, la británica Shell y la francesa TotalEnergies acumularon beneficios por un valor conjunto de US$51.000 millones el segundo trimestre de este año, casi el doble que en el mismo período del año pasado.
Guterres recordó que en el trimestre anterior las ganancias combinadas de las principales compañías energéticas del mundo se acercaron a los US$100.000 millones. «Estamos viendo beneficios excesivos y escandalosos en la industria del petróleo y el gas en un momento en el que todos estamos perdiendo dinero», criticó.
Instó a los gobiernos «a gravar estas ganancias excesivas y utilizar los fondos para apoyar a las personas más vulnerables en estos tiempos difíciles». Y pidió a los ciudadanos de todo el mundo que «envíen un mensaje claro a la industria de los combustibles fósiles y a sus financistas: que esta avaricia grotesca está castigando a las personas más pobres y vulnerables, mientras destruye nuestro único hogar común».
Sobre el posible rechazo de algunos sectores a su propuesta de nuevos impuestos a las energéticas, el líder de Naciones Unidas afirmó que «nada va a ser más popular que gravar los beneficios excesivos de esas compañías y distribuir el dinero entre las familias más vulnerables».
Guterres no es el primero en criticar a las compañías petroleras, a quienes muchos en todo el mundo acusan estos días de aprovecharse de la escasez mundial de combustibles fósiles para enriquecerse a costa de los consumidores.
Reino Unido aprobó en julio un impuesto del 25% a los beneficios extraordinarios de los productores de petróleo y gas en el Mar del Norte. Otros países como Italia han aplicado medidas similares, mientras en Francia los legisladores rechazaron hacerlo.
En EE.UU. un grupo de legisladores demócratas ha planteado gravar a las principales petroleras del país y redistribuir lo recaudado a los ciudadanos, una propuesta que, según analistas, es difícil que salga adelante en el Congreso.
En su intervención, el secretario general de la ONU destacó la dificultad de sacar adelante este tipo de medidas por «un problema de cabildeo» y aseguró que «a veces los lobistas son muy poderosos y tienen mucha influencia».
También advirtió que los altos precios de la energía tendrán graves consecuencias por la elevada presión a la que se ha sometido a gobiernos y hogares de todo el mundo.
Guterres intervino en la presentación de un informe de expertos de Naciones Unidas sobre el impacto global de la guerra en Ucrania, centrado en el ámbito de la energía específicamente. El informe evalúa que hay «gran crisis energética» con precios de los combustibles altos y volátiles que afectan a todos los países, especialmente a los que están en desarrollo.
La ONU reafirmó en el documento la necesidad de apostar más decididamente por las energías renovables, además de trazar planes de ahorro energético más eficientes.